viernes, 31 de julio de 2015

DÍA 29 DE JULIO DEL 2015.- Volando vengo…


01.- Hoy ha venido nuestro buen amigo Jose Antonio Morena, director del Museo Arqueológico de Baena y de las excavaciones del magnífico yacimiento de Torreparedones. Ha quedado impresionado por nuestro trabajo y, como buen conocedor del fenómeno de los llamados ‘recintos fortificados’, hemos comentado la imposibilidad de llegar a conocerlos bien sin excavaciones en extensión como la de la Merced que, al final, han demostrado que el ‘recinto fortificado’ no era ni una granja ni una atalaya, sino algo bien distinto, un verdadero complejo monumental de carácter aristocrático. Mónica, en el centro, ha cumplido su sueño de fotografiarse entre “Morena  y Moreno”.

02.- Hoy a las 0700 ya estábamos en lo alto del Cerro, porque venían a vernos y trabajar con nosotros nuestros amigos Sonia López Chamizo, Pedro Sánchez Bandera y Alberto Cumpián. Tienen una empresa de arqueología, Arqueosur, que trabaja –y muy bien- en muchos lugares, sobre todo en Málaga. Entre otras  muchas cosas, excavaron en Málaga la excepcional tumba de un guerrero griego suritálico enterrado con sus armas, que dio mucho que hablar hace unos meses. Es una excavación, os lo aseguro, modélica.

03.- Sonia –en la foto-, Pedro y Alberto van a hacer un vuelo fotogramétrico del conjunto del yacimiento. Estos días van a ser el momento en que más visible y con más nitidez va a poderse fotografías el conjunto desde el aire. Luego vendrán los puntales, las capas de protección, y no será lo mismo.

04.- Sonia, Pedro y Alberto controlan el vuelo del dron, con eficacia y profesionalidad. Mientras tanto, y por razones de seguridad, todo el mundo a las escaleras de acceso al yacimiento.

05.- Mientras vuela el dron aprovechamos para el desayuno…

06.- La altura y estado de conservación de los muros es espectacular. En la estancia A los mechinales a dos metros de altura evitan toda especulación: había dos plantas más azotea o terraza superior.

07.- Hermosa vista de la esquina noroeste del gran edificio interior, que oculta una triste historia:  las cuatro esquinas fueron demolidas, probablemente por orden del poder romano que ya controlaba la provincia Baetica en este momento.

08.- Desde la estancia G, con su gran molino, se accede al vestíbulo enlosado y a la puerta principal al edificio, a la derecha.   Las salas E y G tienen exactamente la misma anchura, 255 cm. (8 pies), lo que denota una cuidadosa planificación de las diez salas en que se dividen los 400 metros cuadrados de la planta baja.


















09.- Hoy toca limpieza general, fotografía… un día menos cansado que de costumbre.






10.- Antonio y Fernando, meditabundo, planifican los diferentes pasos a dar en estos días. Un cierre de excavación implica una miríada de decisiones, pequeñas y grandes, logísticas y científicas.

11.- Abilio, Luis, FranJa, y Sergio. Trabajadores y voluntarios haciendo su trabajo.
 
12.- Espectacular vista del recinto palacial desde el sureste. Un vestíbulo da lugar a cuatro estancias rectangulares y paralelas a la fachada, y las dos traseras, a su vez, a cuatro grandes habitaciones perpendiculares.

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