lunes, 29 de junio de 2015

DÍA 29 DE JUNIO.- CALOR!!!


01.-  Como en el resto de España, hoy el protagonista de la excavación –con perdón de los numerosos e interesantes hallazgos- ha sido el calor. Digan lo que digan los termómetros y los meteorólogos, en lo alto del Cerro, a pleno sol que se refleja sobre la piedra, hace ‘calor’, ‘mucho calor’ y ‘una jartá de caló’. Hoy ha entrado plenamente en esa categoría y hemos tenido que tirar de carpas y sombrillas, que otros años no hemos usado hasta bien entrado Julio. Veremos lo que los dioses nos deparan...
 
 

02.- La escalinata de la esquina sureste, entre el recinto exterior y el interior, se prolonga. Tiene ya un aspecto verdaderamente monumental (dentro de un orden, claro, que no es el Foro de Trajano). Con un cariñoso recuerdo para el amigo Rafa Hidalgo, que siempre se ríe de nosotros los pobres protohistoriadores desde la perspectiva de la grandeza de la Villa Adriana...

03.- Hoy se ha incorporado a la excavación, directamente desde su trabajo como Director de la revista Desperta Ferro Antigua y medieval, nuestro veterano colaborador y amigo Eduardo Kavanagh, que ha traído la ola de calor. Bienvenido Edu, se te echaba de menos...  y  ya sabes, mucho protector solar, que eres de origen norteño y blanco de pieles...

04.- Vista general de la excavación del sector central, donde ya se han retirado la mayoría de los enormes derrumbes de muros que impedían avanzar. Ahora empieza otra fase.

05.- Ya no es sorpresa encontrar restos de actividad productiva en el recinto. Además de la gran base (meta) de molino ibérico, completa, que apareció hace un par de campañas, y de muchos fragmentos menores, hoy hemos encontrado al menos la mitad de la parte superior, móvil y rotatoria, de otro molino (catillus). Son de los mismos tipos que encontramos en el Cerro de la Cruz de Almedinilla, y que publicamos muy recientemente en la revista Spal de la Universidad de Sevilla, el mejor y más completo conjunto de molinos de época ibérica hasta ahora publicado en Andalucía.

06.- En el sector de Antonio, de nuevo en una zona removida, han aparecido en un espacio de un metro cuadrado hasta cuatro azuelas de piedra pulimentada, prehistóricas. Si no proceden de la destrucción del nivel inferior del yacimiento (confiemos en que no), es probable que los antiguos iberos las encontraran en alguna tumba prehistórica de las que hay en la zona, y que las recogieran como curiosidad, para luego emplearlas por ejemplo para alisar cerámica u otras tareas instrumentales. No sería la primera vez que se documenta algo así en el mundo ibérico.

07.- Los veteranos añoramos los venerables botijos, y estamos convencidos de que eran más eficaces que las modernas garrafas-termo, aunque sin duda eran más frágiles. Estas tienen que aprovechar cualquier sombra, incluyendo conejeras y agujeros de excavadores furtivos, porque el plástico no respira.

 

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