viernes, 25 de julio de 2014

DÍA 24 JULIO.- Comienza la inquietud...

Nos quedan pocos días de trabajo (hay que ver lo rápido y lento, todo a la vez, que pasan cuatro semanas) y tenemos la sensación de que nos quedan mil cosas por hacer. La mayoría, sin embargo, deberán quedar para la próxima campaña. Cunde una sensación de inquietud para tratar de aprovechar al máximo los tiempos sin perder de vista una metodología rigurosa.
1. Al tiempo que nos concentramos en el sector central de la excavación, hay que realizar otros trabajos de detalle para solucionar problemas y hacer el yacimiento más comprensible a los visitantes. Ésta de la foto es la zona noroeste del recinto principal y, en lugar de lamentarnos porque la muralla se pierde en este punto, desmontada ya en la antigüedad, aprovechamos la oportunidad para mostrar su estructura. El ojo entrenado aprecia que en origen hubo un muro de un metro de grosor (centro, Unidad Constructiva 1012, que llega hasta el suelo del cerro), al que en un momento dado se adosó por el exterior el gran muro ciclópeo (derecha), ligeramente ataludado. Por tanto ese gran muro no tiene ‘cara’ interior, ya que se apoya sobre el primero. A la izquierda, por el contrario, se aprecia un gran derrumbe de adobe que también se reclina sobre el muro original. Es como si hubiéramos ‘cortado’ con un colosal cuchillo una tarta igualmente enorme.
2. Manuel, Lucía y Luisa, con sus respectivos cascos – ¡qué calor! – trabajan en el interior de las Estancia B que no deja de sorprendernos porque el suelo sigue sin aparecer. Ya es evidente que había dos pisos, y que el inferior no tenía zócalo de piedra y alzado en adobe, sino que casi todo su paramento debía ser de piedra. Calculamos (es largo explicar por qué) que nos deben quedar unos 50 cm. hasta llegar a un suelo.
3. Parte de la tierra que extraemos se guarda en sacos que luego emplearemos, el último día, para sostener muros delicados y cubrir determinados espacios. Otra tarea agotadora en la que se empeñaron, en la imagen, Rafael y Paco, además de Esteban y muchos otros compañeros. Lo malo es que estos sacos ‘ecológicos’ se desintegran y a la larga son peores que los viejos sacos indestructibles que se podían emplear año tras año.
4. Hemos tenido la visita del Inspector de la excavación, Alejandro Ibañez, que ha venido acompañado, en este caso por el Jefe Provincial de la Unidad del Cuerpo Nacional de Policía adscrita a la Comunidad de Andalucía, Santiago Dueñas, y de otros inspectores (entre quienes Pedro Pablo es ya un habitual, como lo será Ricardo). Han disfrutado con la visita detallada de un yacimiento que verdaderamente es necesario proteger, para lo que contamos con ellos sin reservas.
5. Mientras tanto, Diego, con su GPS y su estación total, se ha pasado una mañana completa, junto con Mercedes, avanzando en la topografía detallada y la planimetría de las estructuras de este año.
6. Hemos tenido que traer unos puntales metálicos, paneles de encofrar y tablones de gruesa madera para apuntalar algunos de los muros, que se acercan ya a los cuatro metros de altura conservada, y que hemos de proteger, entibándolos y apuntalándolos, por su conservación… y la de quienes trabajan cerca de ellos.
7. El yacimiento no está todavía abierto al público, y es peligroso entrar sin permiso por la cantidad de huecos, caídas y espacios delicados (todo ello convenientemente señalizado a la entrada, prohibiendo el acceso). Pero en ocasiones se acerca alguna familia interesada y, dentro de lo posible, se le explica la naturaleza de nuestro trabajo y se le invita a una visita en condiciones cuando se culmine la puesta en valor. Aquí tenemos al inagotable Eduardo ejerciendo de Cicerone.
8. La parte oriental del recinto está muy dañada, pero están surgiendo estructuras que habrán de esperar a la próxima campaña para un estudio detallado.