viernes, 28 de septiembre de 2012

Viernes, 28 de Septiembre. Lástima que terminó…



Los más de cien litros por metro cuadrado que están cayendo sobre Cabra demuestran el acierto de haber cerrado ayer los trabajos de campo, aunque seguimos aquí en el gabinete con el mismo horario. Concluimos pues la primera campaña de excavaciones en el Cerro de la Merced con profunda satisfacción por múltiples razones.
En primer lugar por el impacto mediático que han tenido, bien reflejado en el éxito de este blog y su prolongación en Fecabook, cuyos seguidores no han parado de impulsarnos con sus ánimos a lo largo de estas semanas.
En segundo lugar porque cualquier duda sobre la monumentalidad (y sobre el estado de  conservación) del recinto se ha disipado, de cara a la necesidad de continuar con los trabajos para poner en valor y hacer visitable el yacimiento. Las estructuras excavadas ya, y las que comienzan a asomar, son imponentes, como muestra el grosor de más de dos metros del muro del recinto interior y principal, y sin duda merecen la visita incluso para el turista en principio poco interesado en la Arqueología.
Y en tercer lugar, porque arqueológicamente los resultados obtenidos son relevantes, y las nuevas preguntas surgidas, más aún. Por vez primera sabemos que el Cerro de la Merced tuvo una historia mucho más prolongada y rica de lo que hasta ahora creíamos. A la fase ibérica se añade una fase anterior, prehistórica, dentro de la Edad del Bronce, y otra muy posterior, medieval islámica, posiblemente de época emiral. Su caracterización precisa es ahora una tarea pendiente.
Además, todo indica hasta ahora que el conjunto fortificado es mucho más que una torre. Constituye un establecimiento con al menos dos  recintos concéntricos, uno cuadrangular interior más antiguo (todavía no podemos saber cuanto más antiguo) y otro exterior algo más avanzado. Pero en ambos casos la ocupación parece puramente ibérica de Baja Epoca, entre los ss. II y I a.C. , y probablemente en la parte central de esa horquilla.
No hay material romano imperial, ni siquiera republicano, aunque tendríamos, para confirmar ese extremo, que llegar a los niveles de uso del recinto interior, suponiendo que no hayan sido arrasados por las extensas excavaciones clandestinas ahora documentadas. Los indicios de conservación son prometedores.  Todo ello entra de pleno en la polémica existente sobre la datación y función de los llamados ‘recintos-torre’ en Andalucía y Extremadura. Avanzamos ya que la heterogeneidad en formas, funciones y fechas es más probable que la homogeneidad, y que sólo planes sistemáticos de excavación resolverán eventualmente las discusiones… si acaso.
Los indicios son claros en el sentido de que no se trata de un asentamiento exclusivamente militar, ya que hay elementos asociados a economía productiva (fabricación de textiles) y a l procesamiento de alimentos (molinos).
Sabemos ahora mucho más sobre la estructura, compleja, del recinto interior, sobre la perfección de sus ángulos y regularidad de dimensiones, sobre las diferentes técnicas empleadas en su aparejo. Incluso tenemos indicios sobre la posible localización de los accesos al recinto exterior.
Pero junto con todas estas respuestas, importantes como son, asoman viejas y nuevas preguntas: ¿Cuál es la fecha precisa de fundación del primer recinto y su relación con niveles anteriores? ¿Cuál es la entidad y función de la ocupación medieval? ¿Cómo se articulaban los espacios interiores del asentamiento ibérico, sin duda el más importante?, ¿hubo quizá un patio interior, casas y una torre?, ¿almacenes? ,¿qué cantidad de habitantes pudieron ocuparlo?, ¿ a qué se dedicaban? ¿eran algo más además de vigilantes de un territorio? ¿es correcta nuestra ubicación de las puertas?  … todas esas son preguntas que es imposible responder con unas semanas de trabajo de campo, y que sin embargo es necesario abordar. Lo mismo ocurre con el contexto histórico: ¿pudo construirse el recinto inicial en época de las  guerras de Aníbal? ¿en la época de Viriato, en la de Sertorio? ¿pudo llegar a jugar un papel en las guerras entre César y Pompeyo?...  los datos iniciales son todavía insuficientes para aventurar una respuesta concreta.
 Si a estos interrogantes añadimos  que carecería rigurosamente de sentido la inversión realizada con  vista a la puesta en valor si ahora se cancelaran a medias los trabajos, resulta evidente que una continuidad durante un plazo medio es imprescindible y plenamente razonable. Conviene apoyar el éxito si presenta resultados, y eso es lo que hemos venido haciendo aquí en estas semanas, y lo que haremos en plazo inmediado de acuerdo con los procedimientos administrativos y académicos dispuestos por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
 Es, pues, el momento de iniciar las despedidas, por ahora…  Queremos dar las gracias a tantos amigos que hemos hecho en estas semanas y que nos han hecho nuestra  estancia mucho más agradable y menos fatigosa. En primer lugar, la logística. Isabel Navas, Directora del hotel Fuente las Piedras, y todo el equipo de recepción, restaurante y servicios, con Mariví, Maria José, Jesús, Manolo y tantos otros que tememos olvidar, han hecho nuestra estancia muy agradable, y han conseguido el milagro de que cada amanecer subiéramos al cerro razonablemente restaurados en cuerpo y espíritu. No sabéis la enorme diferencia que supone para nuestros cansados huesos comer y dormir bien, con una buena ducha en el cuerpo,  cuando se trabaja en el campo.
El apoyo desinteresado de Laurentina Pacheco y de su hijo Daniel, además de la ayuda de su encargado, Sancho, nos ha permitido contar en su cortijo con una base logística a pie de cerro que ha supuesto grandes ventajas. Mil gracias por todo, de verdad.
Son demasiados como para ennumerarlos aquí  uno tras otro los amigos, académicos o no, que nos han visitado en el transcurso del mes. Muchos de ellos (no siempre había tiempo de registrarlo) han ido desfilando por las páginas de nuestro blog.  Siempre han sido ratos gratos de charla, ánimos y fructíferos intercambios de opiniones.
El interés de la prensa ha ido, una y otra vez, ‘más allá del deber’. Para dar a conocer nuestros esfuerzos, Felipe Osuna, Pepe Moreno, Jose María Tron Juan Rivera y Jose Antonio Romero han trepado cuantas veces les hemos convocado cerro arriba, con cámaras, trípodes y demás parafernalia.
La Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Córdoba, dirigida por Manuela Gómez Camacho, ha comprendido plenamente el interés del Proyecto y lo ha apoyado sin fisuras. En particular agradecermos las sugerencias y el interés Maudilio Moreno y David Palomino, pero sobre todo, y muy especialmente, el interés y apoyo que constantemente ha demostrado, con sus visitas y sus gestiones, D. Alejandro Ibáñez Castro, Inspector eficiente de los trabajos, pero además inestimable compañero.  El interés que ha mostrado el Gerente del GDR de la Subbética, Francisco Mérida augura mucho para el futuro. 
Igualmente agradecemos las sucesivas visitas de miembros y mandos de la Guardia Civli y de la Policía Autonómica, cuya labor es esencial para le preservación del yacimiento. Así como la de los agentes de Medio Ambiente.
Para el éxito del trabajo ha sido esencial  la ayuda entusiasta del personal de los diferentes servicios del Ayuntamiento de Cabra, comenzando por Antonio Espinar, técnico de su Delegación de Cultura y nuestro anfitrión en el Jardinito. Inma desde la Administración, Encarni desde Asuntos Sociales, Paco Quero en Obras, el personal de jardinería esencial para el desbroce…  sin vuestro trabajo el nuestro habría sido mucho más difícil e ingrato.
Pero sin duda la clave para que  la excavación haya salido adelante con tanto éxito es la iniciativa y el apoyo político e institucional, decidido y sin fisuras, del Ayuntamiento de Cabra comenzando por su Alcalde, Fernando Priego . Y en particular, sin el empuje de su Delegado de Cultura, Javier Ariza, sin su empeño y energía, este Proyecto que nos enorgullece a todos  sin duda no se habría puesto en marcha. Vaya para Javier nuestro reconocimiento especial.
En último lugar, pero no lo último en importancia, el apoyo e interés manifestados por tantos egabrenses, en el café y en la farmacia, en la papelería y en la calle, ha sido para nosotros fuente de inspiración. Cuando se nota el interés de la gente, la responsabilidad aumenta, pero la satisfacción también. Gracias pues a todos los egabrenses.
Desde el equipo técnico de la excavación nos sentimos muy satisfechos y orgullosos de cómo ha ido todo, tanto desde el punto de vista institucional, como desde el de los resultados arqueológicos. Pero también, y muy especialmente, por el excepcional desempeño de los diversos miembros agregados a los trabajos, bien como peones, bien como voluntarios.  Antonio, Juanjo (cuidate), Rafael, Paco, Bobis, Alejandro… se han revelado en general como excelentes trabajadores, han aprendido rápido las bases del trabajo arqueológico, y han sido tan cuidadosos como bien dispuestos.  Lo mismo podemos decir tanto de las voluntarias arqueólogas egabrenses, Antonia, Laura y Tamara, como  de otros voluntarios (Julián, Antonio…), como del grupo de arqueólogas de la UAM, Lucía –responsable de restauración-, Luisa y Mónica.
Como en aquellos añejos programas de dibujos animados, nos atrevemos a canturrear  aquello de ‘Lástima que terminó… el festival de hoy… pronto volveremos con…’más excavaciones. Hemos planteado nuevos enigmas al tiempo que resolvíamos problemas iniciales, hemos demostrado fehacientemente el potencial turístico del yacimiento, enclavado en un entorno privilegiado desde ese punto de vista, de modo que contamos con que todas las instancias apoyarán la continuidad del esfuerzo en el corto plazo, probablemente de tres campañas más. Hasta pronto, pues.
 

Foto 1. El jueves  13 os hablábamos de la fotografía de campo. Hoy hubiera sido el día de fotografías finales de excavación, pero con la que está cayendo ha sido imposible. De modo que, utilizando imágenes de hace unos días,  os contamos que una de las mejores y más expresivas técnicas de fotografía de campo es la foto aérea a baja altura, que permite, desde la ‘vista de pájaro’ apreciar detalles que no se ven a ras de suelo. A menudo esa vista permite apreciar contextos y relaciones que ayudan a resolver problemas o a formular teorías.
 Hay muchas formas de hacer esas fotos, desde pequeños globos cautivos  que sujetan cámaras accionadas desde tierra (una de las formas más eficaces y económicas, que emplearemos el año que viene), hasta vuelos en ultraligero, pasando por aeromodelos de helicópteros (una especie de drones modestos), largas pértigas, etc. 
Pero la forma más tradicional, y una de las más eficaces, es la larga escalera manual que, sujeta por los forzudos y/o pesados del grupo  sobre una superficie normalmente muy irregular y por tanto peligrosa, permite al osado de turno trepar y hacer fotos desde seis o siete metros que pueden ser muy espectaculares.
Foto 2. La proyección de la sombra da idea de la perspectiva que se puede alcanzar con la vieja y modesta escalera.
Foto 3. Otro truco de campo es utilizar lonas o toldos (que sirven para mil cosas) con el objetivo de proyectar una sombra homogénea sobre un área limitada. A menudo el ritmo de los trabajos exige fotografiar un detalle en un momento en que la luz es muy mala, con sol intenso en un punto y una sombra muy oscura justo al lado, lo que vuelve locos a los fotómetros de las cámaras. En ese caso, este sencillo sistema proyecta una intensidad homogénea y permite fotos de calidad.
Foto 4.  Finalmente, Diego ha estado ensayando un sistema de pértiga telescópica con cámara acoplada. El objetivo de ojo de pez permite vistas interesantes, aunque en este caso no ha resultado el  método más eficaz por las deformaciones perimetrales.
Foto 5.  Ayer protegimos con sacos terreros y geotextil un muro que estaba parcialmente vencido, para evitar que ceda con las lluvias del invierno. El año que viene procederemos a estabilizarlo por completo. Sistemas similares se han empleado en otras partes del yacimiento. Solo nos queda rogar que ningún visitante inadvertido retire las protecciones que hemos dejado , porque dañaría los restos sin remedio (es patrimonio de todos y podemos aseguraros que no hay ningún objeto atractivo debajo, ya lo habríamos retirado)  Y PODRIAINCLUSO SER PELIGROSO, ya que hay huecos y toperas ocultas a la vista. El yacimiento está vallado, es propiedad municipal y está incluido en las rutas de visitas de la Guardia Civil y de la Policía Autonómica que como sabéis han hecho numerosas visitas en este mes. De modo que suplicamos que se respeten los restos y el trabajo abnegado –y en muchos casos gratuito- de mucha gente que se deja la piel en esto.
Foto 6. Antes y después. La limpieza preliminar de los objetos metálicos (por otro lado muy escasos en esta campaña inicial en el Cerro de la Merced) permite su mejor conservación y  su estudio tipológico. Aquí tenéis un bonito ejemplo de ‘antes’ y ‘después’.
Foto 7. El proceso de trabajo en gabinete termina (por ahora) con ‘Control de UEs’ (unidades estratigráficas). Eduardo y Antonio cotejan los datos de campo, croquis, fotos, planos, y rellenan un sistema relacional de Bases  de Datos que es el  cimiento sobre el que se construirá la Memoria de Excavación.
Foto 8.  Y con esta fantasmal visión del recinto interior en la neblina del amanecer os dejamos por ahora. Contamos con volver a ponernos en contacto con vosotros con nuevos trabajos, ilusiones y hallazgos. Hasta siempre.