jueves, 20 de septiembre de 2012

Jueves 20 de Septiembre. Cimentar o no cimentar, esta es la cuestión.



Esta mañana hemos llegado a la base del muro norte, que tiene peculiares características, básicamente la falta de una cimentación digna de tal nombre (algo muy ibérico, por otra parte, como ocurre por ejemplo en Puente Tablas, en Jaén).
Lo de la cimentación tiene su aquel. Es una palabra adecuada en edilicia, pero también se aplica en Ciencia. Cimentar una hipótesis es algo muy distinto a especular, como muy bien saben los científicos ‘duros’ (físicos, químicos, etc.) que cuando se ponen estupendos delante de una cerveza niegan a menudo el carácter científico a disciplinas humanísiticas.
La Arqueología, siendo una disciplina histórica, es de las más ‘hard’ ya que aplica numerosas técnicas tomadas de las Ciencias duras. Pero además, y conceptualmente, el arqueólogo debe constantemente estar ‘maquinando’ en el campo, pensando, construyendo y desechando posibilidades, porque a medida que excava va destruyendo su ‘experimento’ como ya explicábamos hace unos días. Y eso plantea un problema.  Primero, porque es fácil confundir esa constante dialéctica con las Unidades Estratigráficas, ese ‘esto puede ser’ con una hipótesis, que no lo es.  Y segundo, porque una actitud en exceso inductivista (dejar que las piedras hablen por sí mismas) puede llevar a que las piedras no nos hablen en absoluto, terminemos la excavación, hayamos retirado los sedimentos, y no hayamos entendido nada. Pero el peligro opuesto es incluso más peligroso: convertir  ese trabajo intelectual (a veces difícil en las condiciones de calor y cansancio del campo)  en la generación de una ‘teoría favorita’, que con mucha facilidad puede llevarnos a hacer que las piedras digan lo que queremos que digan, porque nuestra hipótesis favorita arrastra nuestra voluntad. En fin….  que esto es complicado.

Foto 1.-Antonio Bobis se está pegando una paliza monumental levantando y moviendo piedras del derrumbe oeste, pero también le ha cogido rápido el tranquillo al pico, y lleva el corte casi como una patena. Un excelente trabajo.
Foto 2.- La hora del bocadillo es sagrada, y todos nos refugiamos como podemos bajo la escasa sombra. A todos nos asombra que Luisa siga de pie y al sol mientras come. ¡Qué resistencia!
Foto 3.- Seguimos con visitas, siempre agradables. En este caso, junto a ‘la Dirección’ aparece nuestro amigo Angel Ventura, de la Universidad de córdoba, siempre fuente de amena conversación académica (en el campo o con un choricito en Los Pelaos) y un  constante chorro de ideas.
Foto 4.- Pues puede que después de todo nuestro muro exterior en el lado oeste no sea medieval… seguiremos informando.