martes, 11 de septiembre de 2012

Martes 11 de Septiembre. Mito número 1: el pincel y el bisturí:


 Los buenos mitos surgen de situaciones reales que se alteran, modifican y embellecen hasta derivar en historias magníficas, que a menudo guardan ya muy poca relación con  el suceso original. La Arqueología está llena de mitos, algunos de los cuales comentaremos estos días con ilustraciones prácticas. Uno de ellos es la idea del arqueólogo ensimismado, sentado o tumbado sobre el suelo, con un pincelito y un bisturí en la mano, trabajando horas y horas dedicado a limpiar minuciosamente un espacio de medio metro cuadrado. Esa imagen tradicional del arqueólogo es cierta y correcta… pero solo en muy determinadas ocasiones y para periodos muy concretos.
Cada excavación es un mundo, y si en una cueva con un yacimiento paleolítico la imagen del pincel y bisturí es a menudo –no siempre- una imagen fiel de la realidad, cada caso exige unos ritmos y métodos distintos y adecuados a la situación.
Lo importante no es si se excava con una cucharilla de café o con un pico, sino saber en cada caso cual es la herramienta adecuada en relación con el contexto concreto, calibrar muy bien qué se hace, y por qué, y documentar adecuadamente el trabajo que se va realizando.
En el Cerro de la Merced estamos identificando estos primeros días amontonamientos de tierra que cubren a su vez importantes derrumbes de grandes piedras procedentes de los muros del recinto principal. Es un trabajo arduo de pico y pala, lento al principio hasta que se identifica el patrón, más vivo después. Lo que ocurre es que en el Cerro los resultados son espectaculares, a medida que va saliendo a la luz, tras siglos o milenios de oscuridad bajo tierra, hilada tras hilada de enormes bloques careados que definen el recinto fortificado.

 Foto 1. En la Zona 1 se ha levantado una barbaridad de tierra del derrumbe que cubre el muro occidental del recinto. En la foto se aprecian, a la derecha, los enormes bloques de piedra que ven la luz quizá por vez primera en dos mil años. En el centro, parte de un derrumbe muy importante de piedras y tierra del mismo muro oeste, cubierto a su vez por un relleno con estratigrafía invertida, resultado de las excavaciones clandestinas en el interior del recinto.


Foto. 2. El grupo dirigido por Eduardo es responsable de un trabajo hercúleo en la Zona 1. Todos, Alejandro, Paco, Eduardo, Luisa, Monica, Tamara,  Lucía y Antonio ‘Bobis’ pueden estar orgullosos del trabajo que están haciendo…pero queda mucha tierra y piedra por sacar hasta descubrir la totalidad del muro.


Foto 3.  La imagen refleja perfectamente el calor y el esfuerzo que supone empujar y arrastrar carretillas de tierra a un espacio alejado del núcleo de la excavación, donde no molese y pueda ser retirada arrastrada por lalluvia. Alejandro es capaz de mover carretillas toda la mañana sin perder su aire confiado y de buen humor.  Aunque paerezca poco atractiva, esta parte del trabajo es esencial.

Foto 4. El mito número uno desmentido de manera práctica: Tamara y Mónica acarrean espuertas de tierra. En la comida calculábamos en cuantas ocasiones habían desplazado su peso en tierra a lo largo de la mañana… muchas veces.

Foto 5. En la Zona 2, el equipo de Antonio ha trabajado para levantar las capas de tierra superficial en un área muy amplia de 75 metros cuadrados. Aunque al ojo inexperto pueda parecer que se ha profundizado poco,  las apariencias engañan, y el trabajo en este corte, decisivo, tardará un poco en dar frutos visibles. Por ahora, ya sabemos que el posible muro central no era tal, y que el exterior, en cambio, se confirma.

Foto 6.- Hoy ha sido el cumpleaños de Luisa, arqueóloga de pro aunque ella no lo sepa todavía. Aquí la tenemos desmintiendo de modo práctico el mito número 1. Nos comentaba en la cena, cuando lo celebrábamos con modestia pero con alegría, que estaba siendo uno de sus mejores cumples…. ¡ Muchas Felicidades Luisa, de parte de todo el equipo!