martes, 4 de septiembre de 2012

Por fin hoy, cuatro de Septiembre.

Por fin hoy, cuatro de Septiembre, hemos comenzado a excavar en el Cerro de la Merced. Y ha sido tras mucho meditar, proyectar y calcular. Han sido muchos meses de esfuerzos por parte de todos. El Ayuntamiento ha firmado un convenio de colaboración con la Universidad Autónoma, a través de quien os escribe estas líneas, y está decidido a que la Arqueología sea uno de los puntales de la actividad cultural, y también turística, de Cabra.
Foto 1: Hay que madrugar. A las ocho de la mañana el sol todavía no ha salido apenas, y la luna está todavía muy visible en el cielo. Pero ya estamos en lo alto del cerro, tras fatigosa subida a pie cargando con herramientas, agua , documentos, instrumentos de topografía y todo lo necesario para el trabajo matutino, que se prolongará hasta las dos de la tarde.
Foto 2. Foto de equipo el día en que comenzamos a trabajar. Están casi todos, salvo el autor de la foto, y también Antonio y Juan, que ya están a media ladera practicando un portillo en la verja que delimita el Cerro, que es ya propiedad del Ayuntamiento, lo que facilita la logística del trabajo. Es un equipo amplio y bien avenido: arqueólogos y restauradores licenciados de la Universidad Autónoma de Madrid , voluntarios de Cabra que incluyen profesores de Enseñanza Media enamorados de su pasado y estudiantes egabrenses; peones contratados por el Ayuntamiento…. Una mezcla de veteranía y entusiasmo. Todos estamos ilusionados con el mes de trabajo que nos espera.
Foto 3. Lo primero que hemos hecho, previo pertinente permiso de la Consejería de Medio ambiente, ha sido desbrozar la cima del cerro. Una densa maleza de retamas y arbustos ocultaba las estructuras y hacía imposible excavar. Eso sí, hemos respetado cuidadosamente las encinas. Gracias a ello, desde ‘Los Pelaos’ junto a la carretera ya es visible el muro de piedras ciclópeas de la fortificación que ocupa la cima.
Foto 4. Una vez retirada la vegetación, hay que barrer y limpiar, una y otra vez, sin arrancar ninguna piedra del suelo, para desvelar las estructuras visibles. Mónica y Luisa aparecen “barriendo el campo”.