jueves, 27 de septiembre de 2012

Jueves 27 de Septiembre. Se acerca el invierno...


Acaba de empezar el otoño, pero  se acerca el invierno, y en el muro norte hemos tomado medidas de protección para el caso de que la lluvia, que hoy ha sido intensa, llegue a convertirse en diluvio. De hecho hemos tenido una mañana movida. 
A primera hora estábamos trabajando duro, pero teníamos medidas previstas por  si empezaba a llover.  Ha salido un último tramo del muro perimetral occidental, que sobrepasa ya en 10 cm. los cálculos si el recinto fuera un cuadrado perfecto (un error de en torno al uno por ciento).Antonia y Mónica tenían, necesariamente, que terminar el dibujo de un perfil que empezaron el miércoles, porque las previsiones para mañana son aún peores que las de hoy y no podíamos correr riesgos.  Por eso mismo nuestro topógrafo, Diego, ha venido un día antes de lo previsto para rematar algunas cuestiones de fotogrametría, por si el viernes era ya imposible.  Y ya teníamos geotextil preparado y más de sesenta sacos llenos de tierra para proteger y apuntalar algunos elementos del yacimiento más expuestos, aunque es imposible cubrirlo todo si hemos de continuar trabajando el año que viene.  Y los acontecimientos han demostrado que hemos hecho bien.
Antonio, nuestro experto local, anunciaba a las ocho: ‘a las nueve, llueve’. Y a las nueve ha empezado. Al principio era tolerable, pero hemos tenido que proteger a las dibujantes. Luego la cosa se ha empezado a poner realmente fea, y tras cubrir  las zonas delicadas y proteger los muros con peligro, hemos bajado a todo el equipo salvo un retén de técnicos, además de Paco Cañete, Antonio y Bobis, que hemos acompañado fielmente a Diego y sus artefactos topográficos mientras tapábamos lo que él iba finalizando y de paso nos calábamos con él. 
Cuando por fin hemos podido bajar, el todoterreno de Diego resbalaba en el fango del carril, que era increíblemente resbaladizo aunque superficial, y hemos tenido que raspar un nuevo camino seco con escardillos (bueno , en realidad Bobis ha cavado el  grueso y Diego, Eduardo y Fernando hemos colaborado como hemos podido) hasta que hemos podido rescatar el coche sin necesidad de traer un tractor. Ha seguido lloviendo muchas horas, de manera que me temo que el trabajo de campo ha concluido un día antes de lo previsto. Llega el invierno…
1.- Comenzando a cubrir uno de los cortes.
2.- Era cómico, pero también muy incómodo. Mónica y Antonia bajo palio (una de las lonas que tenemos en previsión de cosas como ésta) sostenido por parte del equipo mientras remataban a marchas forzadas un dibujo en un sondeo que queríamos luego cubrir de inmediato.
3.- Más Arqueología de riesgo. Antonio Moreno sujeta a Diego mientras toma fotografías verticales para restitución fotográfica. En honor de nuestro topógrafo diremos que el paraguas que sostiene Antonio no es para resguardarle a él, sino a su carísima cámara. En el suelo se adivinan algunas de las etiquetas numeradas que luego servirán para la fotorestitución.
4.- El resultado neto de nuestros esfuerzos es que el último equipo en bajar ha llegado hecho una sopa: de izquierda a derecha ‘Perla’ (que es miembro honorario de nuestro equipo aunque no colabora mucho salvo para abonar el camino de bajada), Paco Cañete, Fernando,  Bobis y Antonio Moreno. Diego estaba a esas alturas al pie del otro lado del cerro tratando de sacar del barro su todoterreno atrapado. ¿Quién ha dicho que la Arqueología no es romántica?.
5.- El trabajo en el Gabinete es igualmente agotador, pero al menos es más limpio y cómodo. Aquí tenemos a Luisa (sección de dibujo) en plena tarea. Estamos consiguiendo avanzar mucho, entre otras cosas porque Luisa es infatigable y muy meticulosa.
6.- El dibujo arqueológico es ante todo una destreza técnica, con precisión en las medidas, trazado de secciones, y en general  una normativa muy precisa. Pero cuando el dibujante tiene además algo intangible que llamamos ‘mano’,  suele trabajar más rápido y mejor, y sobre todo consigue sacar adelante las piezas difíciles que exigen sombreados y otras técnicas más artísticas, como las fíbulas de bronce. Es, desde luego, el caso de Luisa, que ya reveló sus dotes durante el mes de Julio en el Cerro de la Cruz. De todas formas, cada vez una proporción mayor del trabajo se hace en soporte informático, ya hablaremos el año que viene de eso.

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